Ciclismo, naturaleza, fotografía.

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jueves, 20 de enero de 2011

PICO DEL AGUILA por la VIA VERDE DEL TAJUÑA 15/1/2011

En la primera mañana soleada del  año, nos decidimos  hacer la vía verde del Tajuña desde su inicio en Arganda del Rey hasta la bifurcación con la vía verde de los 40 días, con la variante de incorporar a la vuelta la ascensión al Pico del Águila, una de las pocas estribaciones que tenemos en la zona sur de la Comunidad de Madrid.  Como en tantas otras ocasiones mi amigo Oscar "Pequeño" me acompaña.

Las vías verdes se asientan sobre antiguos trazados ferroviarios en desuso modificados y adaptados para la práctica del cicloturismo y senderismo. La primera vía verde con la que contó la Comunidad de Madrid y también la más popular fue la "Vía verde del tajuña", con un trazado inicial de 34 kms, con inicio en Morata de Tajuña y final en la tranquila población de Ambite. Desde el 2007 se puede disfrutar de 19 kms extras, que unen las poblaciones de Morata de Tajuña con Arganda del Rey donde tenemos la conexión con la linea 9 de metro. De interés para los que utilicen el transporte público.



Por recomendación de Oscar iniciamos la ruta en La Poveda, un pequeño pueblecillo a escasos 4 kms de Arganda del Rey, muy cerca de aquí se sitúan las lagunas del Campillo, que por falta de tiempo no visitamos. Otro de los alicientes para comenzar desde este lugar es el  Museo del Tren de Arganda y su Tren Turístico. A posteriori nos dimos cuenta que este tramo que enlaza con el inicio real de la Vía verde nos sobro. Puesto que no aporto nada interesante, fuimos atravesando varias zonas industriales por un carril-bici que en ocasiones se convertía en paseo-acera, donde en algún caso los vecinos que paseaban por él no respetaban la prioridad del ciclista.


El km.0 de la vía verde lo encontramos en la glorieta de entrada a Arganda, desde donde podemos ver el hospital del Suroeste. Estos primeros kms son en continuo ascenso, hasta llegar a la zona conocida como el alto. El recorrido nos lleva por extensos olivares, pero también hay vestigios de trincheras y taludes. La desafortunada señalización que nos encontramos por esta parte del recorrido me hizo pensar, que ese día el responsable de señalización se debió de tomar una copa de más.




En un tramo en descenso, donde la bici puede llegar a desarrollar facilmente más de 30 km/h, nos encontramos con una intersección muy peligrosa, un camino atravesaba la vía verde dando prioridad a través de un STOP, a los vehículos que accedieran a la propiedad colindante y los usuarios de la vía verde deberíamos ceder el paso. A mi entender el responsable de señalización no ha debido de montar en bici en la vida, ¡como puede pensar que una bici a esa velocidad va a ser capaz de parar!. Sin embargo en un tramo en ascenso pronunciado nos encontramos con una señal vertical de velocidad máxima establecida a 10 km/h. Tampoco ha debido de tener en cuenta que un ciclista en plena rampa debe desarrollar una velocidad mínima para mantener el propio equilibrio.



La zona de ascenso finaliza justo cuando nos encontramos bordeando una imponente cementera, con sus enormes chimeneas, al estilo de nave espacial. A partir de aquí la vía va en continuo descenso, serpenteando el monte hasta que encuentra el valle del tajuña, hoy recubierto de una densa niebla que nos ha impedido ver en todo su explendor su belleza. Muy recomendable, como nosotros hicimos, hacer una breve parada en cualquiera de los miradores naturales que se encuentran a lo largo del descenso para contemplar la vega del tajuña.




Al entrar en Morata de Tajuña, el característico color rojo de la vía verde se pierde y comenzamos a callejear atravesando uno de los municipios más importantes de la vega. En todo momento nos vamos encontrando indicaciones que  hacen imposible perdernos dentro del casco antiguo. El siguiente tramo hasta Perales de Tajuña discurre paralelo a la M-302, por el margen izquierdo del río Tajuña. Este tramo se caracteriza por la presencia de varios desniveles, algo "rompe piernas".





En Perales de Tajuña nos encontramos dos opciones para seguir la ruta, una atravesando el pueblo, y la  segunda va rodeando el municipio por un camino rural donde pasamos al lado de unas piscinas y un área recreativa destinada a juegos de pintball. Nosotros elegimos la segunda posibilidad. Es un recorrido bien marcado que nos lleva por debajo de la A-3. Unos metros más adelante enlazamos con la carretera de acceso a la autovía por la que circulamos por el arcén durante unos 200 metros. Con precaución la atravesamos y nos volvemos a incorporar nuevamente a la vía verde.


Este tramo es compartido con vehículos a motor, varios carteles informan del peligro, advirtiéndonos de esta situación. Curiosamente un coche portando una bicicleta es el único que nos pone en apuros, su velocidad inadecuada casi nos causa una caída. Esta zona es personalmente la más agradable de la ruta, vamos atravesando por huertas, sembrados, maizales y varios carteles indican cultivos de uvas.


A la entrada de Tielmes, justo al lado de un puente encontramos un área de descanso. Aprovechamos para realizar una breve parada, apenas dos minutos. Mientras que Oscar consulta el mapa en plan "Dora la exploradora"  yo repongo fuerzas comiendo una barrita energética. En esta explanada se encuentra una fuente, pero una placa nos avisa de que su agua no es potable, no queremos arriesgar y no llenamos los bidones, esperando una ocasión más propicia. Desde este punto parten otras rutas muy interesantes como "la ruta del presón". Tras hacer unas fotos reanudamos la marcha  en dirección Carabaña.








Este tramo de la vía verde nos ofrece unos interesantes contrastes por un lado la belleza del paisaje y por otro el nauseabundo olor que se desprende de la cequia que nos va acompañando por el margen izquierdo del río Tajuña. Aunque el día amaneció soleado, la sensación térmica es de bastante frío, de echo, en las zonas sombrías vemos escarcha y algún que otro charco convertido en hielo.




Durante todo el recorrido nos vamos encontrando con todo tipo de usuarios de la vía, jinetes a caballo, minusvalidos en silla de ruedas, chicos y chicas patinando, gente paseando con la familia, ciclistas, padres e hijos corriendo, y por supuesto muchisima gente con bici de montaña. A todos ellos al pasar por su lado, les mostramos un saludo cordial, como debe de hacerse entre gentes de bien.






Por esta zona la ruta comprende varios atractivos, como son las paredes de yeso con sus viejas cuevas, los antiguos molinos de agua, la ermita de Los Mártires, la antigua estación de Chavarri y la senda ecológica que nos permite conocer con mayor profundidad  los valores naturales. Para mí lo más significativo sin duda, el entorno, es como si estuviéramos perdidos en algún lugar remoto de la España profunda, cuando en realidad estamos a muy pocos kms de la capital. Parece mentira que un lugar tan cercano sea tan desconocido.






En la bifurcación con la vía verde de los 40 días, llamada así porque la vía férrea se realizo en ese tiempo, durante la guerra civil, decidimos de mutuo acuerdo no avanzar más, como teníamos previsto en un principio. Llevamos 43 kms de ruta, y aunque no estamos cansados se hace necesario un descanso. Beber, estirar los músculos y comer alguna barrita siempre viene bien. Oscar da buena cuenta de un "huesito" mientras  yo contemplo el magnifico paronama. Me ha encantado esta parte de la vía.


                                                                                                                                                         


La vuelta fue compartiendo el mismo recorrido que la ida, hasta que llegamos a Morata de Tajuña ,donde abandonamos la vía verde para incorporarnos a la M-313 en dirección Arganda, inicio del puerto del Pico del Águila, una de las escasas estribaciones que tenemos en la zona sur. El ritmo frenético que habíamos imprimido desde que salimos de Carabaña me hacía pensar en desfondarme en algún momento de la ascensión, para mi suerte me encontré bien.





Se trata de una subida bastante dura en sus dos primeros kms, con alguna rampa cercana al  10%. La carretera  es estrecha y sin arcén en algunos tramos, pero los pocos vehículos que nos adelantaron no influyeron en nuestro pedalear. Al principio dejo a Oscar que vaya delante, así evaluó sus fuerzas. Pero pronto me doy cuenta que su ritmo es demasiado lento para mi. Imitando al gran  "Perico Delgado", me levanto de la bici, aprieto los dientes y con todas mis fuerzas hago un demarrage que en pocos segundos le saco un buen montón de metros, luego era cuestión de mantener un buen ritmo si pasarme de pulsaciones. En sus primeros dos kms la carretera atraviesa un arbolado que me viene de lujo para protegerme del exceso de sol. A la altura de la Fundación Arca de Noé, dedicada a la custodia de perros abandonados, la vegetación desaparece al igual que la pendiente. Los dos últimos kms son muy suaves, de vez en cuando miro hacia atrás buscando a un ciclista vestido de amarillo, pero no le encuentro. La cima esta coronada por una central eléctrica de la compañía Iberdrola. Mientras espero a Oscar hago estiramientos, ¡los isquiotibiales me van a matar!.


Unos minutos después aparece Oscar, en esta ocasión tiene una buena excusa para tardar tanto, iba con la rueda delantera pinchada. Después continuamos en descenso por la misma carretera, hasta que en una revuelta nos dimos cuenta que la vía verde transcurría en paralelo, aprovechamos un pequeño sendero para incorporarnos de nuevo en el carril-bici, que en prolongado descenso nos llevaría hasta Arganda del Rey. Desde aquí nos restan tan solo 4 kms hasta la Poveda, con tranquilidad y sin pedalear, ya que el terreno es en descenso llegamos donde teníamos estacionado el coche.






Sobre las 14,00 finalizamos la ruta, en total  nos salieron 78 kms en 3h 55m, a una media de 20 km/h, utilizando la M-313 a partir de Morata de Tajuña , en vez de seguir por la vía verde, acortamos en casi 8 kms el recorrido, de esta forma no volvimos a pasar por los mismos sitios e incluimos la subida al Pico del Águila, que siempre es interesante. Creo que fue una muy buena opción.




Queda pendiente para otra ocasión completar la vía verde del Tajuña hasta Ambite. Pero también nos pico la curiosidad, y para otro momento más adecuado recorrer  la vía verde de los 40 días. Una mañana estupenda en buena compañía y rodeado de un paisaje espectacular. La vía verde siempre es una buena opción para realizar rutas en cualquier época del año, muy recomendable también para acompañarse de niños ya que cuenta con un trazado muy fácil sin desniveles pronunciados. Para los que quieran esforzarse un poco más el Pico del Águila es una excelente opción.

5 comentarios:

  1. Muy bien narrado si señor.
    Zafak.

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  2. Interesante opción la del Pico del Águila, aunque eché de menos un mapita o un track que me hubiera indicado donde está sin tener que ir a buscarlo a otro sitio.

    Enhorabuena por el blog. Narrar las rutas es utilísimo para la gente que vamos a realizarlas. El mío, http://bikertb.blogspot.com

    Saludos.

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  3. Gracias BikerTB, te añado a mi lista de blogs destacados. Sería un honor figurar en el tuyo. Lo del GPS tendrá que esperar, mi presupuesto aun no me lo permite.

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  4. Me ha gustado la crónica. La próxima que vez que haga la vía verde volveré por el Pico del Águila. Un saludo.

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  5. Entre los reportajes diarios de las vias verdes y tu narracion... creo que cualquier dia de estos me lio la manta a la cabeza y me lanzo a la aventura.
    Te dejo el mio.
    http://medasunapistamedasunsendero.blogspot.com
    Gracias por compartirlo.
    cuidate.
    saludos.

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