Ciclismo, naturaleza, fotografía.

CICLISMO, NATURALEZA, FOTOGRAFÍA, MTB, RUTAS.

viernes, 29 de julio de 2011

PUERTO DE LA QUESERA 24/7/2011

Recorrido de ida y vuelta desde Riaza (Segovia) a Majaelrayo (Guadalajara) ascendiendo el puerto de la Quesera por sus dos vertientes. Un trazado rompe piernas con más de 2000 metros de desnivel positivo, por una carretera que los vehículos desconocen, atravesando lugares tan inhóspitos como bellos de la sierra de Ayllón. Un trayecto muy recomendable para todo buen aficionado al ciclismo.


Hacía meses que Oscar "Pequeño" me estaba insistiendo en realizar esta ruta, pero por unos u otros motivos siempre íbamos aplazando la cita. Por fin hoy los astros se alinearon en posición para que cumplieramos nuestro propósito. En esta ocasión nos acompañó Paco, un compañero de trabajo de Oscar, que se unió a nosotros para compartir ruta, aprovechando que se encontraba el fin de semana en su pueblo, un lugar cercano al punto de partida.




De Getafe a Riaza, el punto de inicio de la ruta, tenemos casi una hora y media de viaje en coche, que empleamos en comentar la jornada que nos espera. Se nota que Pequeño había echo los deberes, se había preparado a conciencia este evento. Toda la información que había recabado de internet la había pasado a fotocopias, con los comentarios de aficionados e incluso con los perfiles detallados de las dos vertientes del puerto de la Quesera, pero también del resto de la etapa. Un trabajo que es de agradecer y que nos será muy útil durante la ruta.


Comenzando la subida, peligro!! ganado suelto.
En primer lugar decir que la ruta discurre en su totalidad por asfalto, hasta la cima del puerto de la Quesera por la SG-112 una carretera con un firme derruido y con algo de gravilla en algunas curvas, nada peligroso, al entrar en la provincia de Guadalajara esa misma vía pasa a denominarse la GU-186 una carretera en perfecto estado construida en 2007, pero sin arcén, que sustituye a la antigua pista forestal. Lo ideal hubiera sido realizar la ruta en bicicleta de carretera, pero como no tengo, pues con la de montaña, que esta vale para todo.





Inicio puerto de la Quesera desde Riaza.

Un poco antes de las 10,00 nos ponemos en ruta, con una temperatura de 13º que inicialmente
me hace echar de menos mi chubasquero. Recogemos en la plaza del pueblo a Paco, nuestro invitado de hoy, un tio majete que espero volver a ver en futuras rutas. Nada más salir de Riaza comienza la subida al puerto de la Quesera. Los primeros cuatro kms son muy suaves, hasta llegar al cruce con La Pinilla.






Perfil detallado,  puerto de la Quesera desde Riaza.

La estación de esquí del mismo nombre se encuentra muy cerca aquí, y en invierno son muchos los madrileños que optan por esta en detrimento de la estación de Valdesquí. Como buen aficionado a los deportes de nieve, y en especial al esquí alpino anoto la dirección para cuando no me sea posible visitar el pirineo aragonés o Andorra y sea más propicia una escapada cercana a estos lares para hacer algunos descensos, ¡que ganas tengo que venga el frío invierno y la temporada de nieve!.




A la altura del embalse de Riofrio la pendiente se endurece, desde la presa hasta la cima tenemos 6 kms bastante duros sin ningún descansillo para recuperar fuerzas, con desniveles constantes al 7%. Un cartel nos informa de las condiciones del firme "carretera de montaña", no hay problema los tres circulamos con las btt por este asfalto como si fuéramos en carroza real. Cerca de esta zona se encuentra el Hayedo de la Pedrosa, un conjunto botánico excepcional por su localización y belleza, que sin embargo ha sabido resistir al contraste de sufrir veranos secos e inviernos de nieve. Ya en la otra vertiente del puerto, en zona alcarreña, en los valles de esta región crece el Hayedo de Tejera Negra, que junto al  famoso Hayedo de Montejo, este en la Comunidad de Madrid, forman los tres hayedos más meridionales de Europa, todos ellos protegidos como parques y reservas naturales.


Cerca de la cima con unas vistas espectaculares al embalse.

La carretera va ganando altura mediante una sucesión de rectas, atravesando un frondoso bosque de robles y pinos que en ocasiones nos refugian del agobiante calor. Acometemos la subida cada uno a su ritmo, como suele ser habitual en este tipo de puertos, a pesar de llevar en ocasiones una velocidad superior a 10 km/h me encuentro a cola, unos 150 metros por detrás de Pequeño que a su vez va por detrás de su compañero de trabajo a esa misma distancia. Sin embargo a mitad de puerto la situación cambia, tras negociar una revuelta me encuentro con Paco mirando al monte mientras hace un pis. El resto de la subida será una persecución continua en busca de Pequeño que se había colocado en cabeza.


Pasamos a Guadalajara.
A falta de un km para alcanzar la cima, doy caza a mi colega, lo mejor ponerme a rueda aguardar que la "fruta madura" vaya cayendo. La experiencia me dice que él nunca ha superado por delante de mi los puertos de 1ªcategoría. Decido relajarme esperando el momento de su hundimiento. Sin embargo a veces la historia puede cambiar. Entonces fue cuando Pequeño cambió de ritmo y con un fuerte demarrage se fue alejándose de mi posición. Trate de responder al ataque, pero mi motor TDI es efectivo con ritmos constantes y prolongados no me permite grandes acelerones.



En la cima, tras 1h 11m de ascensión consigo coronar con tan solo 100 metros de desventaja por detrás de Pequeño, que con sorpresa terminó más fuerte que los demás, se nota tenía estudiado cada km de esta subida. Unos segundos después apareció Paco. Este punto separa las provincias de Segovia y Guadalajara así como las comunidades autónomas de las dos Castillas. Nos encontramos a 1740 metros de altitud, un lugar ideal para respirar hondo y contemplar con tranquilidad la cadena montañosa de la Sierra de Ayllón, entre sus picos el más sobresaliente es el Pico del Lobo con 2273 metros de altitud, el más alto de toda Castilla La Mancha.


En la cima del puerto nos encontramos con un curioso cartel casero, realizado en madera por algún aficionado al ciclismo, ni rastro de alguna señal reglamentaria de información de punto característico de la vía (señal S-520). La afición por subir y superar los puertos de montaña va más allá de lo que podemos imaginar, como sucede en esta ocasión. Un cartel que lleva inscrito el coeficiente, pendiente media, kilometraje y perfiles de ambas vertientes, un trabajo minucioso y sobresaliente ante el cual hay que "quitarse el sombrero".



Tras las fotos de rigor nos lanzamos en un vertiginoso descenso. Yo como siempre intento tomármelo con calma, sin arriesgar, no hemos venido desde tan lejos para que "a primeras de cambio" sufrir una desgracia. Y aun más cuando me doy cuenta que llevo el casco desabrochado, parada que aprovecho para contemplar el gran esplendor de estos bosques y montañas. Nos encontramos inmersos en plena sierra de Ayllón, un territorio muy erosionado forjado de rocas graníticas, gneises y pizarras, sin grandes cantiles. Es de señalar que por esta parte del recorrido no tendremos cobertura en el móvil, ni existencia de fuentes con agua potable para recargar. Para esta ruta además de llevar dos bidones de agua, me había llevado mi mochila camelback, con un litro de agua más, y como tenía espacio de sobra la rellené con una buena legión de barritas, plátanos y comida en lata. Ya que llevo la mochila en la espalda, aguantando el peso, mejor que sobre agua y comida, a que falte.


El descenso del puerto de la Quesera, que a la vuelta tendremos que subir, nos lleva junto al cauce del río de la Veguilla, por esta zona atravesamos unas curiosas formaciones rocosas llamadas los Paredones, sus singulares formas nos resultan atractivas y graciosas. Desde aquí hasta Majaelrayo tendremos que afrontar 20 kms de trazado rompe piernas. La carretera va dibujando un recorrido con continuas subidas y bajadas, que poco a poco nos irán restando fuerzas.




Atacando las rampas más duras, algunas del 18%.

Antes de llegar a Majaelrayo tendremos que superar tres pequeños picos de una distancia no superior a 2 kms cada uno de ellos, pero con algunas rampas brutales!!!, con pendientes superiores al 15% de desnivel, estas cuestas son de fácil identificación, puesto que no se encuentran asfaltadas como el resto de la carretera, estas permanecen con un firme de hormigón blanco que es de suponer estaría moldeada antaño la antigua pista forestal.





Estar rodeado de montañas, en la más absoluta tranquilidad, alejado por completo de cualquier rastro de civilización me produce una sensación muy especial de libertad y sosiego. Por aquí podemos observar las primeras construcciones negras de la zona, nos topamos con un cobertizo muy similar, sino el mismo donde se rodó el anuncio del 4x4, con aquel abuelo tan simpático que decía "y el Madrid qué...¿otra vez campeón de Europa?. Parece mentira que nos encontremos a tan solo una hora en coche de la capital, y sin embargo parece que estemos en el fin del mundo...como decía también aquel anuncio del Peugeot 205, "contigo al fin del mundo", pues el fin del mundo esta en Ayllón.

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Al fondo se observa Majaelrayo

Es un lugar que no te deja indiferente, capaz de despertar sensaciones y sentimientos encontrados, de echo Majaelrayo es uno de esos lugares donde se planifican gran cantidad de excursiones para singles. Un sitio donde sus paisajes pueden despertar un apasionado amor. Majaelrayo es el pueblo más representativo de la denominada arquitectura negra, o simplemente "pueblos negros", llamada así porque el elemento principal para la construcción es la pizarra. Algunos ayuntamientos de la parte norte de Guadalajara ya han aprobado normas para proteger este estilo arquitectónico.










En Majaelrayo hacemos una larga y merecida parada para descansar. Bebemos, comemos y nos aprovisionamos de agua en la única fuente del pueblo. Esta población situada a la sombra del pico Ocejon, de apenas 66 habitantes ha sabido mantener intacto con el paso del tiempo sus tradiciones y costumbres más arraigadas, su economía basada en la ganadería y el pastoreo han permitido la conservación de la zona, pero también el despoblamiento de la misma, dejándola en el olvido y el aislamiento más profundo con inviernos duros y muy fríos. Un lugar donde parece que el tiempo se haya detenido, sin rastro de hallazgos de progreso.


A la vuelta nos encontraremos con tres factores negativos, que serán determinantes para el desarrollo de la ruta: el calor, el viento y el cansancio. Un par de kms después de comenzar la vuelta, en la primera pendiente de importancia Paco nos abandona dejandonos a nuestra suerte, y eso que momentos antes nos había asegurado que se encontraba justito de fuerzas y que la vuelta la haría a rueda. Lo cierto es que se encontraba más entero que el resto y decidió tirar para delante, debe ser que el imán que llevaba acoplado a su rodilla va de maravilla.



Puerto de la Quesera, desde Majaelrayo.

El trayecto de vuelta es incluso más destroza piernas que el de la ida, la carretera tira constantemente para arriba, nos encontramos con rampas que en realidad son paredes!!!, con desniveles brutales que al mirar el grado de pendiente en el garmín me acojonan!!!. El viento azota fuerte de cara e ir a rueda se hace casi imposible por lo sinuoso del trazado de la carretera. En pleno esfuerzo atacando una de las cuestas más inclinadas nos intentó abordar un toro bravo, que al vernos pasar se lanzó montaña hacia abajo en busca de sus presas, menos mal que aun quedan fuerzas para realizar un pequeño spring, que susto!!!. Por este tramo del recorrido nos cruzamos con el único vehículo que vimos, una chica dentro de él nos daba ánimos mientras nosotros sufríamos pero también disfrutáramos de este bonito viaje.




Si por algo se caracteriza esta zona es por la tranquilidad y el silencio. Sin esforzarnos demasiado podemos escuchar los sonidos de la naturaleza. Este abrupto y hermoso paisaje nos ofrece unas vistas espectaculares, que más vale retener en la memoria, para cuando estemos en la zona sur de Madrid rodeados de ladrillos, sin duda uno de esos lugares donde todo oficinista estresado desearía descansar.



La subida al puerto de la Quesera por esta vertiente en realidad comienza una vez superado el río, en una curva de herradura hacía la derecha, aquí nos espera un primer km bastante duro al 7%. El viento deja de soplar, dejandonos un respiro, pero el calor aprieta más de lo conveniente. Siempre me he manejado mejor con temperaturas suaves, tirando a frías, que cuando Mister Lorenzo hace de las suyas. Me abro el maillot por completo buscando paliar mi sofoco, del casco me caen goterones que acaban en mi boca con un sabor muy salado. Comienzan a fallarme las fuerzas y poco a poco Oscar "Pequeño" se va alejando de mi posición. No puedo seguirle, se va...se va....no puedo. Comienza mi calvario particular. Me quedan por delante 8 kms de subida con una pendiente media al 5%, un puerto asequible en teoría, que se me atragantara de principio a fin.





En poco espacio de tiempo Oscar me saca una barbaridad de distancia, pronto dejaré de verle para afrontar la subida completamente solo. Sin noticias de Paco y con Pequeño fuera de mi vista comienzo un caminar de lo más triste. Las piernas no van, las fuerzas me han abandonado, intento buscar una explicación, pero no la encuentro. Se que he bebido y comido durante toda la ruta, también he descansado y no he forzado más de lo necesario en ningún momento para llegar lo más entero posible al comienzo de la Quesera, sin embargo me encuentro sin energía. Busco el desarrollo más apropiado, pero no consigo mover el plato mediano, tengo que recurrir al platillo y a los piñones más grandes para conseguir lanzar la bici, gran parte de la subida la realizaré con el 24x32.

Puerto de la Quesera

El hombre del mazo me estaba haciendo una visita y yo no había quedado con él. Tras negociar una curva de herradura hacía la izquierda podré contemplar las mejores vistas al valle, al menos procuro distraerme con el extraordinario paisaje que se abre ante mi. A mitad de puerto comienzan los dolores en el metatarso, el hueso del pie que apoya directamente a la cala del pedal. Lo que me faltaba, tenía una "pájara" monumental, y además dolores en el pie. En mi mente comienza a rondar la idea de hacer una parada para estirar el pie izquierdo y recuperar un poco de aliento.


Puerto de la Quesera, las vistas.

Los últimos 2 kms de ascensión son desmoralizantes, puesto que en todo momento se puede observar la cima. Giro tras giro voy acercandome a la cumbre, pero esta nunca llega. El resto de la subida me la pasé buscando un lugar adecuado para hacer una parada técnica, desarrollando una velocidad absurda (dícese de aquella velocidad, que es tan lenta que algunos caracoles consiguen superarla, alrededor de 5 km/h, la justa para mantener el equilibrio sin caerse de la bici). Este puerto es criminal, no tiene un apeadero, ni siquiera un pequeño lugar con sombra donde descansar. Mi mente divagaba, pensando en los buitres y lobos que habitan esta zona, seguro que deseando que me volviera carroña para devorarme. Así pues como no encontraba un sitio con sombra, seguí para delante, de esta forma conseguí llegar a la cima, después de casi 1h 08 minutos desde que comenzará la ascensión, casi el mismo tiempo que realice esta mañana por la otra vertiente y eso que en esta ocasión tenía 5 kms menos.


En la cima por fin pude descansar, llegué sin gota de agua, agotado y hundido, echo una autentica piltrafa. Allí me reencontré con Paco, aburrido de esperar, y con Pequeño, que en esta ocasión hay que reconocer estuvo a la altura de sus posibilidades distanciándome en 17 minutos, aunque algunos pensamos que iba con gasolina super y probablemente hasta arriba de EPO, pero esto solo son rumores. Hasta Riaza nos quedaban 13 kms de descenso que acometemos con responsabilidad y prudencia, recreándonos con unas estupendas vistas al embalse de Riofrio.




Después de 84 kms, recorridos en 6h 05m (tiempo encima de la bici), a una media de 14 km/h, todos estos datos referidos a mi persona, por supuesto, llegamos a Riaza, nuestro punto de inicio, cuando esta mañana iniciábamos nuestro peregrinar en busca de la Quesera, que for fin, tras muchos intentos fue conquistada. Una bonita y exigente ruta, con más de 2000m de desnivel positivo acumulado, con el ascenso al puerto de la Quesera por sus dos vertientes, con un trazado fantástico transitando por sitios que el mundo tiene olvidado, alla donde miremos no encontraremos rastro de civilización. Descubriendo la Sierra de Ayllón un lugar al que volveremos para desarrollar otras muchas rutas.


PERFIL DETALLADO PUERTO DE LA QUESERA, AMBAS VERTIENTES:



PERFIL:



TRACK DE LA RUTA:

7 comentarios:

  1. Impresionante descripcion de la ruta. Segun iba leyendo parecia que yo la hacia contigo. Enhorabuena por la pedazo de ruta que os habeis marcado, me la marcare como una futurible, ya que la zona me gusta muchisimo. Animo una pajara le puede dara cualquiera, no le da a los profesionales?

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  2. Hola, enhorabuena por la ruta. No la he hecho en bici, pero soy un enamorado de los pueblos negros.
    El cartel del puerto, lo ha hecho el forero BuruM, del foro de altimetrias.net. Aquí tienes una relación de sus obras: http://cima2.webcindario.com/burcalm.htm
    Saludos

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    1. Gracias Chema!!!! ;-) por lo que me toca....

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  3. Es un auténtico lujo tener un narrador como tú de las rutas que hacemos, la crónica es la guinda del pastel, después de haber sufrido toda la jornada se agradece poder disfrutar de lo realizado tranquilamente en casa. En cuanto a mi Epo, no es ni más ni menos que comer sin hambre beber sin sed, no dar una pedalada bajando para ahorrar fuerzas, y sobre todo, mover la cala de la bota para minimizar el dolor de rodilla. Muchas gracias por tu crónica. Próxima estación, la Bola del Mundo.

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  4. que guapa la ruta verdad?
    Gracias por el detalle del cartel.... es super gratificante ver a gente como vosotros que valora mis pequeñas criaturitas....
    Un abrazo. Buru.....

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    1. Gracias a ti por realizar esas obras de arte. El cartel de Abantos es simplemente impresionante.

      Un saludo. David.

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