Ciclismo, naturaleza, fotografía.

CICLISMO, NATURALEZA, FOTOGRAFÍA, MTB, RUTAS.

viernes, 26 de julio de 2013

MAJADA DEL COJO- PORTACHUELO DE CANENCIA 21/7/2013

El valle de lozoya es un lugar mágico, que destaca por su alto valor paisajistico. Un lugar tranquilo rodeado de altas montañas que hacen las delicias de los aficionados al MTB. Esta ruta comprende las subidas a la Majada del Cojo y al Portachuelo de Canencia, dos atractivas ascensiones de alta exigencia física. Un recorrido circular que muestra la belleza de estas tierras.



Portachuelo de Canencia.

Siempre es un placer realizar rutas por el valle de Lozoya, un lugar que no me canso de visitar para seguir disfrutando de la bicicleta de montaña. Si además se hace en buena compañía, pues mucho mejor. Esta vez me acompañaron mis colegas Manzana y Pequeño, los únicos que se alistaron en esta empresa que pretendía realizar un recorrido circular por mi querida Sierra de Guadarrama.






Esta ruta nace como consecuencia de mi espíritu aventurero y mi afán por explorar todas las posibilidades que nos brindan las montañas de la sierra madrileña, sin lugar a dudas, un paraíso para la práctica del MTB. Poco más de hora y cuarto que tardamos en el desplazamiento en coche que realizamos desde Getafe hasta Pinilla del Valle, lugar donde situamos el punto de partida de esta salida. En época de verano merece la pena acercarse a la sierra para desarrollar estos espectaculares recorridos y disfrutar de unas temperaturas mucho más suaves que en el sur de Madrid.



Minutos antes de las diez de la mañana nos ponemos en marcha rumbo hacía Alameda del Valle, población a la que llegamos tras dos kms utilizando el "camino natural del valle de lozoya". A partir de aquí giramos a la izquierda para elevarnos por un puente que nos hace superar un caudaloso río Lozoya e inmediatamente después desmontar para pasar una cancela. A mi entender en este punto comienza el ascenso a la Majada del Cojo. Subida "cinco estrellas" dentro del MTB madrileño que realizamos hace un par de años y nos pareció realmente espectacular.






En realidad es otra forma de subir el puerto de la Morcuera. Se trata de una ascensión muy dura que se realiza por una pista forestal en buen estado, aunque en algunas curvas nos encontraremos con algo de grava. Curiosamente comenzamos la subida junto a un grupo de chavales que también venían de Getafe y con miembros del club Bike Arena con los que después tuvimos una interesante charla sobre las prestaciones de las bicicletas que montan ruedas de veintinueve pulgadas. Parece que todo el mundo hoy se había puesto de acuerdo para asaltar la Majada del Cojo.


Manzana afrontaba la subida con cierto temor, aun tenía en mente el sufrimiento que hace dos años esta montaña le causo. Aquel día lo paso realmente mal, pero esta vez venía a quitarse aquella espina clavada. Sin embargo tampoco estaba en su mejor momento de forma y además el día anterior había gastado muchas fuerzas realizando una ruta por asfalto junto a sus colegas. Todo volvía apuntar hacía el fracaso. Por otra parte Pequeño llegaba a esta cita muy ilusionado, con ganas de hacerlo bien pero consciente de sus limitaciones y su bajo rendimiento que atesora desde hace mucho tiempo. Yo también era una incógnita, las vacaciones me habían regalado 6 kilos de más y un severo dolor de rodilla la semana anterior. No sabía como iba a responder.


Subida a la Majada del Cojo.
La subida al refugio de la majada del cojo consta de 8 kms, los primeros 4 km son los más sencillos, con pendientes que oscilan entre el 3% y el 6%. Una larga recta nos lleva directamente hacía los pies de la montaña donde nos adentraremos en un extenso bosque de pinos y abedules. Durante estos primeros kms llevamos un ritmo lento, voy ofreciendo mi rueda a Manzana para ir tranquilos y no padecer en el tramo final, pero aun así no puede, le cuesta continuar. Pequeño encuentró su ritmo y fue progresando poco a poco.



Valle de Lozoya


Los últimos 4 kms de ascensión son realmente duros, la pista va ganando altura de forma brutal mediante la sucesión de varias zetas con pendientes constantes, ninguna rampa baja del 10%. A falta de 2 km para llegar al refugio Manzana cede, extenuado se bajó de la bici a recuperar el resuello. Entonces decido tirar para adelante y probar mis fuerzas. Fue muy reconfortante volverme a reencontrar con las buenas sensaciones. Antes de llegar al refugio pude dar buena cuenta de todos los chavales que me habían pasado y concluir la subida en 52 minutos, tres minutos mejor que hace dos años. Seis minutos más tarde apareció Manzana con la fatiga escrita en su rostro y tras él unos metros más alejado vimos a Pequeño como se retorcía con el maillot desabrochado para alcanzar su objetivo. Ambos habían sufrido pero lo habían conseguido. Primer escollo superado.



Duke, Manzana y Pequeño.
En este lugar hicimos una extensa parada, que aprovechamos para intercambiar impresiones con los otros bikers con los que habíamos compartido la subida. Me sorprendió observar que estaba arrancado de cuajo el cartel de refugio juvenil. Hoy este refugio nos lo encontramos cerrado, como es habitual en esta época, en invierno abre sus puertas para todos aquellos que transitan los Altos de Hontanar. Desde un mirador de piedra que se encuentra junto al refugio se puede observar una estupenda postal al valle de lozoya.



Refugio de la Majada del Cojo.


Tras el descanso obligado para reponer fuerzas reanudamos la marcha en sentido ascendente durante al menos un km más, este tramo es el que comprende los porcentajes más altos aunque después de la parada se lleva mejor, luego tenemos un par de kms llanos circulando por la cresta de la montaña hasta alcanzar la zona conocida como el Boqueron, este lugar coincide con el punto más alto de la ruta, a 1729 metros. Un cruce de caminos que conocemos sobradamente de otras rutas realizadas por la zona. El camino de la derecha nos llevaría hasta el puerto de la Morcuera, el de la izquierda al Alto del Espartal, sin embargo nosotros continuamos por el GR-10 que ya no abandonaremos hasta alcanzar el área recreativa del puerto de Canencia.


Este trazado comunica los puertos de la Morcuera y Canencia por un camino que se adentra entre densos pinares que en ocasiones se abren para deleitarnos con unas espectaculares vistas al valle, donde se pueden vislumbrar a lo lejos las cumbres de la sierra de Ayllón y el propio puerto de Navafria. Siete kms de continua bajada que acometemos de manera prudente, puesto que a nuestra izquierda se cierne sobre nosotros un barranco en forma de terraplén, solo fijar la vista en él produce miedo.




A partir de la casa del Hornillo nos encontraremos muchos senderistas recorriendo este itinerario. Algunos imprudentemente dejan sus perros sueltos con el consecuente peligro para los ciclistas. Este agradable paseo por la cara norte de la Sierra de la Morcuera finaliza tras superar una cancela que da acceso al puerto de Canencia. En este sitio hicimos una breve parada para beber, rellenar los bidones y valorar las fuerzas. Manzana nos comenta que se encuentra algo cansado y duda de sus posibilidades para continuar por la ruta propuesta. Llevamos 20 kms de marcha y aun nos queda la otra mitad del recorrido. Hasta este momento hemos ido por caminos que conocemos bien. Pronto discurriremos por zonas desconocidas, terreno por explorar. A partir de aquí el gps se convertirá en un elemento muy importante porque transitaremos por caminos desconocidos. Lo siguiente que tenemos que hacer es descubrir el camino que desciende del puerto de Canencia hasta el pueblo de el mismo nombre.


El mejor agua de la sierra en el puerto de Canencia.



Lo que nos encontramos es un vertiginoso descenso que se realiza por una pista en buen estado, excepto un par de tramos con mucha piedra rota que nos hace aminorar la velocidad. Me sorprendió Manzana que realizó una bajada muy valiente, él por norma suele ser más cauto en este tipo de terrenos. El descenso finaliza tras superar un par de curvas de herraduras que nos dejan junto a la carretera. Mi idea era explorar este recorrido para saber si era factible y ciclable para hacerlo en sentido contrario en otro momento. Subir el puerto de Canencia por caminos se convertirá en otro reto más adelante.



Los tres terminamos el descenso muy satisfechos con la sensación de haber disfrutado una bonita bajada que se hace entre medias de un frondoso bosque de abedules, una maravilla de lugar. En seguida entramos en la carretera que abandonamos unos metros después. Por aquí nos cruzamos con muchos ciclistas con sus estupendas flacas, deseosos de comenzar la parte dura del puerto de Canencia. Sin embargo nosotros teníamos otro destino mucho más calamitoso. Atacar el Portachuelo de Canencia, también llamado Collado de las Fuentes.


Si la Majada del Cojo es una subida "cinco estrellas", la del Portachuelo la podemos catalogar como de "pata negra". Una ascensión que no desmerece para nada. Iniciamos la subida por un camino de "cabras" con un olor pestilente, y además de la pendiente tenemos que sortear multitud de cacas de vacas. Vamos ganando inmediatamente altura mediante una sucesión de giros, teniendo una perspectiva muy clara de los metros que nos hemos elevado. Un primer km y medio algo "pestoso" que nos hace rodear una ganadería hasta alcanzar una pista forestal. Al ver el amplio camino todos suspiramos y dimos gracias. Hubiera sido muy tortuoso hacer toda la subida por ese reguero.


Subida al Portachuelo de Canencia.
Hasta llegar a la cima aun tenemos 5 kms por delante de subida que se hacen por un camino sin ninguna complicación técnica, que se va adentrando en la montaña. A medida que avanzamos los árboles van siendo más escasos y por contra el calor comienza a manifestarse de manera más violenta. Manzana y Pequeño se encuentran muy justos de fuerzas y cada uno va cogiendo la cadencia que más le conviene. Yo llevaba el peso de la escalada guiando a mis colegas y adaptando mi velocidad para no descolgarles.




Momentos después sucedió algo que hizo cambiar todo esto. De pronto noté como comenzó a silbar mi rueda trasera, un zumbido que contrastaba con la tranquilidad de aquel lugar. En seguida fui consciente de que había pinchado. Con el sistema tubeless es muy difícil pinchar, pero cuando sucede lo ideal para arreglarlo es continuar pedaleando para que el liquido se extienda por la cubierta y selle el pinchazo automáticamente sin necesidad de bajarse de la bici. En este caso cuanto más rápido mucho mejor.




Tuve que incrementar mucho el ritmo y pronto perdí de vista a mis colegas. Unos minutos después dejé de escuchar aquel silbido confirmando que la rueda se había reparado sola, con el inconveniente de que el resto de la subida la haría con una presión de inflado muy baja. A mitad de subida nos topamos con las rampas más duras, algunas alcanzaban el 15% de desnivel. Pequeño y Manzana cansados y extenuados fueron poniendo pie a tierra en las pendientes más duras. Yo en los cruces de caminos les esperaba para marcarles el camino a seguir.




En el Portachuelo de Canencia.
Para alcanzar el Portachuelo es necesario abandonar la pista y coger un sendero a mano derecha que nos lleva directamente hasta la cima. En realidad es una trocha con un porcentaje inhumano que además esta cargada de obstáculos. Multitud de piedras, arena blanda, raíces atravesadas, un cóctel insalvable para mi. Lo intenté durante unos metros pero al ver sobre impresionado el 25% de grado en la pantalla de mi garmin, puse pie a tierra, tampoco era plan de hacerse el héroe.




Cima del Portachuelo.
En la cumbre a 1554 metros de altitud nuestro esfuerzo queda recompensado con unas espectaculares vistas al valle, con la población de Pinilla del Valle y su embalse a nuestros pies. En mi opinión, es muy gratificante efectuar este tipo de rutas que fomentan el amor por la naturaleza. En el techo de la montaña desaparece la vegetación y predominan los grandes prados, un rebaño de vacas fue la única representación que nos hizo compañía en la cima. Faltos de agua Manzana y Pequeño terminaron la subida casi deshidratados. Suerte que yo aun tenía el bidón casi lleno para repartir.



Allí nos quedamos un buen rato descansando, contemplando el paisaje, haciendo fotos y comentando la jugada. Continuar con la ruta no fue una tarea fácil, porque el camino dibujado sobre el mapa del gps no aparecía a nuestra vista y tuvimos que ir durante unos trescientos metros con la bici a cuestas a travesando los pastizales hasta entroncar con una escondida trialera que enlazaba unos metros más abajo con la pista. Fueron momentos de tensión donde alguno perdió la paciencia pensando que estábamos perdidos. No había motivo para alarmarse.



El posterior descenso no tuvo desperdicio, 5 kms que dieron para mucho, y por desgracia nada bueno. Encaramos el tramo final de la ruta con ganas de llegar lo antes posible al coche, la ruta se ha alargado en el tiempo más de lo previsto y nuestras mujeres seguro que nos esperan en casa con un beso y la mesa puesta. Pero en una curva mal trazada Manzana cae al suelo cuando iba bastante rápido. Lleno de magulladuras pudo volver a montarse en la bici y continuar hasta el final, por suerte nada grave que lamentar.




Descenso hasta Pinilla del Valle.
Con el susto en el cuerpo reiniciamos la bajada con Pequeño en primera posición, como siempre tirándose a muerte. Le considero un especialista en esta modalidad, un intrépido que no ve el peligro, quizás sea esta su mejor arma para ir más deprisa. El día que tenga una buena bici no va haber quien le siga. Sin embargo unos metros antes de llegar al embalse la "mala suerte" se ceba con él. Rotura de la patilla del cambio que le inhabilita para seguir pedaleando, suerte que estábamos inmersos en el último km de ruta, y yo aun me encontraba fuerte para ir empujándole.




Así pues poco después de las dos de la tarde alcanzamos Pinilla del Valle dando por finalizada esta ruta circular. Salieron 39 kms realizados en 3h 28m (tiempo encima de la bici) a una media de 11 km/h, este último dato da muestra del desarrollo de la marcha. La ruta quedo marcada por los acontecimientos finales: la caída de Manzana, la avería de Pequeño que además sufrió un cólico unas horas después al llegar a casa producido por el desgaste. Evidentemente ambos no estaban preparados para una ruta de estas características.



Este año están saliendo menos con la bici, con escasa preparación física y más acostumbrados a circular por el carril bici y por carretera, una ruta de este tipo, con dos subidas muy exigentes les pasó factura. Mientras se recuperan seguiré con mi plan de entrenamiento, buscar nuevas rutas y cumplir otros retos pendientes. Solo espero que la salud no me falté porque tengo aun mucho verano para pasarlo en grande con mi bicicleta. Desde aquí dar las gracias a Pequeño y Manzana por acompañarme en esta sensacional ruta, se que en otro momento y condición hubieran disfrutado mucho de este recorrido.


PERFIL:





TRACK DE LA RUTA:

1 comentario:

  1. Que razón tienes al decir que la Sierra de Guadarrama es increíble. La majada del cojo solo la he hecho de descenso y tiene mucha pinta de ser complicada de subir. Y la parte final con ese empujebike le da mas carisma a esta ruta. Una pena lo de Manzana, mejor si no fue nada grave, lo de pequeño bueno una averia es una averia. Espero se recuperara pronto de su colico.
    Un abrazo y a seguir dando pedales.

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